Título: "Lo que no se dice: silencios y decisiones en 'La intrusa'"
En La intrusa, Borges presenta un conflicto que no estalla en palabras, sino en gestos, miradas y silencios. La historia de Cristian y Eduardo Nilsen no solo se basa en una tensión amorosa, sino en una profunda lucha interna que ninguno de los dos verbaliza del todo. A través de una narración contenida y una prosa escasa en explicaciones, Borges nos sumerge en un universo donde las decisiones más importantes se toman sin decirse, y donde el vínculo fraternal parece tener más peso que cualquier otra emoción.
El gran acierto del cuento es mostrar cómo los hermanos, frente al deseo compartido por Juliana, optan por preservar una forma de unidad que parece anterior a toda lógica. Más allá de la presencia de la mujer, lo que realmente se juega es hasta qué punto dos personas pueden negar lo que sienten para no romper un lazo profundo. Borges no escribe un relato de pasión, sino uno de represión. El lector nunca termina de saber qué sienten realmente los personajes, porque esos sentimientos son escondidos incluso por ellos mismos.
La narración indirecta, fragmentada por voces de testigos y por el propio narrador, refuerza esa idea: lo importante no es lo que se dice, sino lo que se calla. La figura de Juliana, aunque central, no funciona como símbolo del deseo, ni siquiera como personaje desarrollado. En realidad, es el elemento externo que revela lo que los hermanos no pueden enfrentar: la posibilidad de dividirse, de diferenciarse, de elegir caminos opuestos.
Por eso, cuando uno de ellos toma la decisión final, no se presenta como un acto cruel, ni heroico. Es simplemente lo inevitable dentro de una lógica donde el sentimiento se subordina a la costumbre. El relato se vuelve entonces una reflexión sobre la renuncia, sobre cómo muchas veces lo que une a las personas no es el amor, sino el miedo a cambiar lo establecido.
En definitiva, La intrusa es una historia sobre la rigidez de ciertos vínculos, sobre lo que se sacrifica para mantener la apariencia de unidad. Borges no necesita decirlo con claridad: lo insinúa, lo esconde entre líneas. Y en esa estrategia narrativa está también su potencia. Porque obliga al lector a leer más allá de los hechos y a preguntarse cuánto de lo que hacemos en nombre de la familia o del deber responde realmente a lo que sentimos.
https://docs.google.com/document/d/1VQlY9nFreLDAIFZ7GtM1sa_X9S19TuoA/edit?usp=drive_link&ouid=113610369354687477699&rtpof=true&sd=true Hecho con Juani Luppi
Comentarios
Publicar un comentario